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martes, 31 de diciembre de 2024

Que gran final de año con Perro Futuro

Perro Futuro
Pub The Trooper, Cangas. 28/12/2024


Después de verlos en la master he de confesar mi recelo de verlos en un local más pequeño. Un gran sabor de boca nos dejaron en Vigo, de eso ya hablamos, pero lo cierto es que este trío está hecho de otra pasta, adaptable a grandes, medianos y pequeños auditorios, pero que debería ser objeto de estudio y de grandes propuestas por parte de promotores. Lo cierto es que el sábado en Cangas llenamos el local en lo que es un aforo muy ajustado y ellos fueron a por todas. Casi nadie conoce sus canciones, pero acabas cantándolas, aunque sólo sea el estribillo, aunque a veces no te de tiempo. Son divertidos, son contundentes, son apasionados y se nota que les gusta lo que hacen y lo hacen de forma excelente. Nos dieron cera durante una hora (el único contra que podemos decir, todo fueron pros) y nos olvidamos de nuestros problemas, no olvidamos de rutinas, malos rollos, nos olvidamos hasta de nosotros mismos para centrarnos en ellos. Ojalá haya Perro Futuro hasta el infinito y más allá, y un disco que llevarnos a las orejas para los que odiamos el Spotifai...


Sin duda, Perro Futuro ya son familia Metal Nostrum, ya son de la familia de Gritos de la Malladoura.


SEGUIREMOS GRITANDO ¡QUÉ NO PARE EL ROCK AND ROLL! ¡QUÉ NO PARE LA CULTURA! ¡QUÉ NO PARE LA MÚSICA! ¡QUÉ NO PAREN PERRO FUTURO!

Dime que me quieres... camino de la cama

 Miguel Costas + Alejo Stivel
Auditorio Mar de Vigo, 27/12/2024


Nos acercamos hasta este magnifico auditorio para disfrutar atraídos por las luces del buen rock and roll, las otras nos importaban bien poco, mejor dicho, nada. Un cartel veterano que aunque vive principalmente de aquellos éxitos de los ochenta, aún puede llegar a divertir, y ayudar a olvidar tus miserias y rutinas diarias durante un par de horas. así fue para mí, aunque parece que una parte del publico asisten hacía demasiado tiempo que no asistían a un concierto de rock, si es que alguna vez corrió alguna gota de sangre revolucionaria por sus venas. demasiados pelucos de cinco cifras, demasiada gomina trasnochada, demasiadas camisas blancas, quizá fue por eso que me sentí un tanto desubicado entre ese publico, y ese público se sintió de igual manera conmigo. Lo peor de todo es que esa indiferencia se mostraba cuando el señor Miguel Costas no tocaba Siniestro, o cuando el Señor Alejo Stivel no tocaba Tequila, lo cual me lleva a pensar que a los asistentes les hubiera importado poco si las dos bandas fueran sendos tributos, por eso apenas había aplausos tras cada interpretación, o uno de ello llegó a afirmar "en serio" que era el peor público ante el que había actuado, que ya es decir, pero que este se lo tomo a broma y le rieron "la gracia". O que uno de los guitarristas tuviera que preguntar: "¿si de verdad queréis otra, por qué no la pedís?", un mal endémico que por desgracia últimamente se produce demasiado, o simplemente estar hablando durante todo el show sin importar quien esté sobre el escenario, ¿tienes que contar tu vida precisamente durante el concierto? ¿no lo puedes hacer ni antes ni después?, que triste debe ser tu vida social...

Pero vamos al lío, y seamos breves

Miguel Costas.

Quien tuvo, retuvo, y en su caso tiene demasiado bagaje "vintage", por decirlo de alguna manera, como para levantar a los asistentes, de hecho lo hizo, en varios pasajes del bolo, pero no llegó a conectar con el irrespetuoso respetable, a pesar de contar con una gran banda que lo arropa en cada momento, pues él ya no está para muchas fiestas, aunque se le ve que nada más subirse a las tablas quiere dar lo máximo. Lo suyo no son las alaracas ni las demostraciones técnicas, lo suyo es puro punk llevado al extremos del buen rock and roll para ofrecer una velada divertida y llena de música, que muchos asistentes no quisieron asumir. Un concierto notable, un tanto frío por parte del público, no todo, pero sí en su mayoría que nos dejó un sabor agridulce.



Alejo Stivel.

De la misma manera que su compañero de escenario en Vigo, la reacción del público fue incluso más distante, literalmente; si el fotógrafo consigue moverse con total libertad por las primeras filas sin que nadie le moleste es que algo no anda bien, la gente no se acerca para arropar al músico, otros directamente se largaron, otro mal que sacude la escena rockera, tu pagas por dos ¿pero sólo vas a uno?
Con gran oficio lo intentó, se arrancó con el "rock and roll en la plaza del pueblo" y acabó "saltando" y entre medias desempolvó sus temas de Tequila y los suyos propios, muy buenos e historia de nuestro rock and roll, porque más allá de proceder de allende los mares, Stivel es un rockero de los nuestros, y creo que así se siente él, Pero los asistentes sólo habían acudido a la llamada de los temas de tequila y de los selfis a mitad de canción, por más que le doy vueltas sigo sin entenderlo, si pagas es porque te gusta, si te gusta, baila, grita, canta, pero pasarte el concierto haciéndote selfis y hablando algo que a nadie le importa. Eso duele, me duele a mí como vigués, me duele por Alejo, me duele por la música. La frialdad se contagió a los músicos, que sin desmerecer su labor, pues tocaron de nueve y medio sobre diez, quizás el público no se llegó a comprometer con la causa, pero a ellos les sobra oficio, se les nota su gran compromiso, y sobre todo, yo me lo pasé de puta madre con ellos. Un concierto sobresaliente que me dejó un sonrisa en los labios, al menos hasta que me dormí, que fue muy tarde.



SEGUIREMOS GRITANDO: ¡QUE NO PARE EL ROCK AND ROLL! ¡QUÉ NO PARE LA MÚSICA! ¡QUÉ NO PARE LA CULTURA!